Los atomizadores son idóneos para humedecer el aire ambiente en zonas puntuales que, por sus características de producción, almacenamiento... necesitan mantener unas condiciones de humedad determinadas, o para sistemas de climatización que deban mantener intervalos de humedad muy estrechos.

Este sistema consiste en instalar una línea de agua y otra de aire a presión, que una vez entran en los atomizadores producen una fina niebla que se evapora muy rápidamente en la zona proyectada, reduciendo la temperatura y aumentando la humedad.

La regulación de estos sistemas puede hacerse con cuadros de control proporcionales o todo/nada, para regular los flujos de agua y aire.